España, que ya se distingue negativamente por ser el país europeo con mayor nivel de paro juvenil, también destaca por formar parte junto a Bulgaria, Italia e Irlanda del grupo de estados con más de un 14% de su población de entre 15 y 24 años que ni estudia ni trabaja.

Al igual que los otros tres países del pelotón de cola, España supera ampliamente la media europea del 10,8% de jóvenes que no tienen empleo, no estudian y ni siquiera siguen cursos de formación ocupacional, según el informe sobre la situación laboral de la juventud presentado ayer por la Comisión Europea. Los datos corresponden al 2008, último año con cifras disponibles.

LA CONSECUENCIA Estos jóvenes, advierte el documento, corren un elevado riesgo de quedar excluidos del mercado laboral desde temprana edad si no consiguen una experiencia o los conocimientos necesarios para salir de la inactividad y acceder a un empleo.

En el extremo positivo europeo se encuentran Holanda y Dinamarca, donde el porcentaje de jóvenes pasivos --que ni trabajan, ni estudian, ni siguen cursos laborales-- se halla por debajo del 4%. Esos dos países también se distinguen por tener unas de las menores tasas de paro juvenil de la Unión Europea (UE): el 8,1% (Holanda) y el 11,6% (Dinamarca). Esas cifras están muy por debajo de la media de los Veintisiete (20,2%).

España, por el contrario, tiene la mayor tasa de paro juvenil --por debajo de los 25 años-- de la UE: el 41,5% el pasado mes de julio con cifras con las variaciones estacionales corregidas, según los datos de Eurostat, el organismo de estadísticas comunitarias. La tasa española es cuatro veces más elevada que la de Alemania (9,2%), la principal economía europea y el país que ha salido de la crisis con mayor fuerza y empuje.

ABSENTISMO ESCOLAR La elevada tasa de empleo juvenil española es consecuencia del elevado nivel de abandono escolar que se produce en el país, más del doble de la media de la UE. El porcentaje de jóvenes entre 18 y 24 que han abandonado los estudios sin concluir la enseñanza secundaria asciende al 31,2%, frente al 14,4% de media de la UE y al 11,1% de Alemania.