LA LEY española de reproducción humana prohíbe escoger el sexo del futuro descendiente, salvo cuando se trata de evitar la transmisión de enfermedades hereditarias como la hemofilia, la distrofia de Ducheng o algunas alteraciones genéticas en el cromosoma X. Varias clínicas españolas distribuyen semen con el sexo seleccionado a los países de la UE donde esa elección no está prohibida.