Los daneses figuran como los ciudadanos europeos que más felices y más satisfechos con su vida se sienten, según un estudio elaborado por la universidad británica de Cambridge, que sitúa a los españoles en décimo lugar.

La encuesta, que recoge las respuestas de más de 20.000 ciudadanos de 180 regiones de la UE de los quince países previos a su ampliación al Este, revela que el primer país en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo ha alcanzado la primera posición en la escala de la felicidad europea, seguido de la también escandinava Finlandia y de Irlanda.

En una clasificación que sitúa a los españoles en el décimo lugar, Suecia, Holanda y Luxemburgo ocupan las posiciones cuarta, quinta y sexta, respectivamente, mientras Bélgica se coloca la séptima, Austria la octava y el Reino Unido la novena, según publica hoy el rotativo británico "The Daily Telegraph".

Los resultados de la encuesta, que fueron combinados con otra más profundizada elaborada por psicólogos de la prestigios universidad británica, revelan que portugueses e italianos son los europeos más infelices, precedidos de griegos, alemanes y franceses.

Con estos resultados, el mapa de la felicidad europea desmiente parte de los estereotipos creados, al situar a algunos de los soleados países mediterráneos en la cola.

Según Luisa Corrado, profesora de la facultad de economía en la universidad de Cambridge y directora del estudio, los europeos "son relativamente felices y en ninguna región encuestada se ha registrado un grado de felicidad por debajo de cinco" sobre diez.

"La confianza en la sociedad es muy importante. Los países que han registrado altos grados de felicidad también han presentado los niveles más elevados de confianza hacia sus gobiernos, leyes y hacia ellos mismos", añadió Corrado.

El estudio llega después de que la revista médica británica "British Medical Journal" publicara un informe para establecer por qué el grado de satisfacción es substancialmente más elevado en Dinamarca que en Suecia o Finlandia, países muy similares.

Aunque las hipótesis partieron de premisas, algunas inverosímiles, que iban desde el color del cabello, la comida o la lengua hasta la salud, la prosperidad económica o la familia, el análisis llega a la conclusión de que, tras ganar el campeonato europeo de fútbol en 1992, los daneses ganaron en euforia y desde entonces el país no ha sido el mismo.

Sin embargo, según el estudio, las expectativas de los daneses para los próximos años son más bajas, por lo que la clave de la felicidad podría ser la siguiente: si uno rebaja lo suficiente las propias expectativas, al año siguiente probablemente sea más feliz de lo que creía que podría ser.