No hay tantas como antes, pero tampoco han desaparecido del todo. Según los biólogos, una especie animal como la foca monje, que hace décadas poblaba todo el Mediterráneo, no tiene por qué desaparecer del mar. Ya apenas presentes ante las costas españolas (en la Costa Brava permanecieron hasta los años 50), las últimas colonias de estos mamíferos se encuentran sobre todo en los mares de Grecia y Turquía, con algunos ejemplares en la costa africana.

El coral rojo, muy apreciado en la joyería, es otro índice de la salud del mar. Desaparecido a menos de 80 metros de profundidad debido a su extracción, sobrevive en todo su esplendor en las reservas marinas protegidas.