Los habitantes de La Landa, en el barrio bilbaíno de Zorroza, una zona marginal de la ciudad, repiten entre lamentos que la tragedia «se veía venir» en forma de incendio, un suceso que acabó con la vida de un joven matrimonio y sus dos hijos pequeños, vecinos «de toda la vida».

Los edificios de la zona superan los cien años de antigüedad media, entre ellos el que fue pasto del fuego, en cuya buhardilla vivían Joaquín Giménez Pinto, de 26 años, su esposa, Rocío, de origen asturiano, y sus dos hijos de unos tres y cinco años, junto a los abuelos paternos de los pequeños.

La edificación había sido apuntalada en uno de sus laterales hace menos de dos años, cuando se cayó la vivienda contigua. Ese apuntalamiento luce aún con un color rojizo brillante que contrasta con las paredes agrietadas del resto del edificio. Estaba amaneciendo cuando los vecinos del edificio ubicado frente al número 7 de la calle Barinaga se despertaron con los gritos procedentes de la edificación siniestrada, en la que las llamas se propagaron con gran rapidez debido a su estructura de madera.

El portavoz de la Asociación de Vecinos de La Landa, Luis Muñoz, conocido como ‘Piru’ en todo el barrio, aseguraba, «en shock y destrozado», que «llevamos 40 años denunciando la situación de esta zona degradada urbanística y socialmente» y las instituciones no han resuelto el problema de un lugar con serios problemas sociales y convivenciales, se quejaba Muñoz. El representante vecinal señaló que el ayuntamiento les comunicó recientemente que el edificio sería derribado a finales de año.

El consistorio, por su parte, precisó ayer que el edificio no estaba declarado en ruina, aunque ya se habían iniciado los procesos previos para facilitar su expropiación.

En los edificios de esta zona «marginal y marginada» conviven vecinos de etnia gitana e inmigrantes, que son tanto propietarios de los pisos como arrendatarios y okupas, con serios problemas de drogas, robos y malas conductas, denuncia la asociación de vecinos.

En la zona de Punta Zorroza, el ayuntamiento proyecta edificaciones para actividades económicas y residenciales, con la construcción de 2.000 viviendas. Puede que la tragedia acelere la solución que reclaman los vecinos, pero las medidas «llegarán ya demasiado tarde».