En el puerto lucense de Burela todo está a punto para recibir a la gran mancha. Pescadores equipados con instrumentos inspirados en los de las Rías Bajas, planeadoras con contenedores y una gran nave repleta de recipientes y equipos esperan en estado de alerta la llegada de un fuel que ayer penetró en el Cantábrico gallego tras doblar el cabo Ortegal.

De momento, el conjunto de 80 manchas, que ocupa un perímetro similar al de la isla de Menorca, está lejos de la costa. Los fuertes vientos de suroeste la han alejado a unas 48 millas del citado cabo y la dirigen hacia la Bretaña francesa, pero cualquier cambio puede precipitarlas sobre la cornisa cantábrica.

Tampoco se descarta que, como ya ocurrió en la Costa de la Muerte, se desprendan fragmentos de la gran mancha e impacten con la costa por el efecto de las corrientes marinas locales. Los pescadores de Burela y otros puertos lucences han empezado a desplegar un operativo similar al de sus colegas de Pontevedra y La Coruña tras viajar a la Rías Bajas para conocer de primera mano cómo se organiza la defensa contra el chapapote.

Al mismo tiempo la flota pesquera se ha empeñado en una febril actividad. Los productos de su trabajo se venden al doble del precio que era habitual en Navidad y casi se los quitan de las manos. Pese a todo, el fuel sigue llegando en pequeñas cantidades a otras zonas de Galicia. Ni siquiera las Rías Bajas, muy alejadas de la mancha principal, se libran de la visita del petróleo. Ayer varias embarcaciones de O Grove tuvieron que salir a la embocadura de la Ría de Arousa para retirar del mar pequeñas bolas de fuel.

La mayoría de los barcos anticontaminación no pudieron trabajar por el mal tiempo. Tampoco lo ha hecho el batiscafo Nautile , que espera en Vigo a que el tiempo mejore para continuar taponando las grietas del Prestige .

En las playas, el número de voluntarios descendió notablemente ayer respecto al fin de semana. Aun así, en la limpieza de las zonas afectadas trabajaron un total de 5.508 personas, entre voluntariado (1.532), personal fijo (1.665) y miembros de las Fuerzas Armadas (2.311).

AYUDAS A LOS PESCADEROS

El encierro de vendedoras de pescado en Muros ha conseguido que la Consellería de Industria y Comercio amplíe las ayudas, extendiéndolas a nuevos sectores afectados. Las indemnizaciones se ampliarán a los minoristas cuyo producto procedía de las zonas afectadas. Cada uno de estos pescaderos recibirá a mediados de enero una ayuda de 35 euros (5.823 pesetas) por día de inactividad. También tendrán una compensación económica que no excederá de los 600 euros (100.000 pesetas) al mes las cofradías que realizan tareas de limpieza. La presión de los marineros llevará a la Xunta a estudiar la reapertura de varias zonas donde se prohibía pescar.