El Gobierno no tiene intención de suprimir las ayudas a la enseñanza de la Religión, y mucho menos a la católica. El Ministerio de Educación destinará durante el próximo curso 101,4 millones de euros (16.886 millones de pesetas) al pago de los docentes de los diferentes credos. La cantidad, prevista en los Presupuestos que se tramitarán en el Congreso de los Diputados, supone un alza del 4,62% respecto al 2004.

La Iglesia católica se llevará el 98,5% de esta partida millonaria. En total, se pagará un sueldo a 9.016 profesores, a razón de unos 82 euros la hora lectiva. Sólo 95 de estos docentes imparten el credo protestante y otros 40 el musulmán. Los responsables de estas confesiones han pedido que se aumente su personal en 51 y 180 profesores, respectivamente, para el 2006.

"A pesar de la demagogia que se viene haciendo, la docencia religiosa de evangélicos e islámicos es una anécdota. Como ciudadanos del Estado tienen los mismos derechos", sostiene Fernando Gurrea, subsecretario de Educación y Ciencia.

Números cantan: 3,1 millones de españoles reciben clase de catolicismo en la enseñanza pública mientras sólo lo hacen 7.816 protestantes y 4.800 musulmanes, según la cúpula de las diferentes confesiones.

DEMANDA ESCASA "La demanda es escasa, ésa es la realidad. El Gobierno y las comunidades están dispuestos a atenderla y a pagarla, siempre que se reúna el requisito de un mínimo de 10 alumnos para asignarles un profesor, como se estableció en los pactos de Estado de 1995 con las religiones de notorio arraigo (protestantes, judíos y musulmanes)", advierte Gurrea.

Pero los judíos, unos 40.000 en España, prefieren organizarse al margen del Estado, en casa y en las sinagogas que actúan a modo de escuela dominical.

"Tenemos a la gente muy dispersa, porque queremos que los alumnos estén integrados a todos los efectos. Esto dificulta poder formar grupos de 10 (lo que daría derecho a un profesor). Algunos padres consideran que con lo que enseñan a sus hijos en casa es suficiente", explica Mariano Blázquez, secretario de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España.

Este colectivo, que agrupa a 2.200 iglesias y dice contar con 350.000 fieles en España, nunca ha defendido que la asignatura de Religión sea evaluable. También se oponía a la alternativa de Historia de las Religiones que proponía el PP, por estimar que carecía de un enfoque neutral.

RECHAZO DE ALUMNOS La reforma supone un giro radical con respecto a la clase de Religión. Fuentes próximas al Ministerio de Educación y a la Confederación Española de Padres de Alumnos (CEAPA) calculan que un 40% de los escolares se podrán acoger a la futura fórmula de no dar clase de Religión, ni desarrollar actividades alternativas, y por tanto irse a casa mientras otros escolares reciben estas enseñanzas.

Esta posibilidad, que está siendo sometida a debate con las comunidades autónomas y el sector educativo, será consultada al Consejo de Estado, para incluirla dentro de la norma que sustituirá a la ley de calidad del PP. En el Ministerio de Educación esperan un dictamen favorable. Además, no es vinculante.

La ley sólo exigirá una solicitud por escrito de las familias, o de los alumnos, indicando que no desean recibir ni clase de Religión ni su alternativa. El MEC sostiene que los acuerdos de 1979 entre el Estado y la Santa Sede no dicen nada acerca de la obligación de mantener las alternativas, por lo que se podría entender como opción abierta.