Cuando el almirante Thad Allen este fin de semana señaló al otoño como el momento en que puede acabar la limpieza del vertido de BP en aguas del golfo del México, sorprendió a grupos de científicos y medioambientalistas que, por experiencias como la del Exxon Valdez, se atreven a hablar de un empeño de cuatro, cinco o muchos más años. Ayer, Allen matizó sus palabras y aclaró que se refería solo a la retirada de crudo en la superficie. "Esta es una campaña larga --añadió--. Asuntos a largo plazo de recuperación del medioambiente, los hábitats y otros aspectos llevarán años".

Tras reunirse con Barack Obama, Allen informó de que el mayor reto es "la amplitud y complejidad de la disgregación del crudo", que se ha separado en miles de manchas por el uso de disolventes y el efecto de vientos y mareas.

Allen elevó de 11.000 a 15.000 el número de barriles de crudo y gas que se están rescatando directamente desde la fuga en la boca del pozo. Al hacerlo, echó por tierra los cálculos más conservadores sobre la dimensión del desastre, que calculaban que se expulsaban al mar entre 12.000 y 19.000 barriles al día.

BATALLA EN INTERNET Para luchar contra la debacle de su imagen, BP emite a diario notas de prensa como la de ayer, en la que informaba de que ya ha gastado algo más de 1.000 millones de euros contra el vertido. Pero, además, según informó el viernes la ABC, la petrolera usa tácticas como la de comprar espacio en buscadores de internet.

Cuando en Google se escribe (en inglés) "vertido de petróleo" el primer enlace remite a la página web que BP mantiene para informar de su respuesta a la catástrofe. La entrada está sobre un fondo discretamente coloreado, señal de que es publicidad, pero hay estudios que prueban que muchos internautas no distinguen entre páginas pagadas y sitios de noticias.