En un giro radical respecto a la política de la Administración de Bush y en un hecho que es considerado por los grupos medioambientales estadounidenses como "histórico", la Agencia de Protección Medioambiental de EEUU (EPA) ha enviado un informe a la Casa Blanca en el que se afirma que los gases de efecto invernadero que causan el cambio climático suponen un peligro para la salud, según se publicó ayer en la web de la Casa Blanca. El informe, que ahora debe ser aceptado por el Ejecutivo de Obama, serviría para que el Congreso de EEUU instaurase por primera vez legislaciones nacionales contra estos gases, un crucial paso contra el calentamiento.

El informe que ha enviado la EPA a la Casa Blanca es una investigación de riesgos, redactada a petición de un fallo del Tribunal Supremo del 2007 en el que se afirmaba que la EPA tiene autoridad para establecer regulaciones de los gases si estos afectan la salud. En diciembre de ese año, la EPA envió un informe a la Casa Blanca, donde vivía George Bush, en el que se establecía que el cambio climático perjudica el bienestar humano, pero el Gobierno lo rechazó. Ya sin Bush, la EPA ha ampliado el marco de su investigación. Ahora en el informe de riesgos se incluyen desde la calidad del aire y del agua o los cambios de temperatura hasta los efectos que el cambio climático tiene sobre comunidades enteras.