El miedo a conducir existe. Se llama amaxofobia (amaxo es una palabra griega que significa carruaje) y afecta a uno de cada tres conductores. La mayoría de los amaxofóbicos (el 82%) tienen un temor circunstancial que les provoca tensión. Por ejemplo, cuando circulan de noche o por determinadas vías. Mientras, el 18% de los amaxofóbicos tienen un pavor paralizante, que les impide prácticamente ponerse al volante. Trasladando los datos sobre el total de automovilistas, este tipo de angustia que impide conducir afecta a casi seis de cada cien conductores.

Así se revela en un estudio que acaba de hacer público el Instituto Mapfre de Seguridad Vial, cuyos expertos han llegado a la conclusión de que la amaxofobia la sufren mucho más las mujeres que los hombres. Y no precisamente porque ellas conduzcan peor, sino porque "tienen menos reparos que sus compañeros en admitir algo que implica cierta vergüenza social, como es el hecho de tener miedo a conducir", afirma José María Sánchez Pardo, psicólogo de la DGT.

¿Por qué existe la amaxofobia? El informe del Instituto Mapfre constata que, en líneas generales, la principal causa de que alguien tenga miedo al volante es la desconfianza que provoca la manera de conducir del resto de los usuarios. Este temor es común entre hombres y mujeres. Sin embargo, a la hora de encontrar las causas del miedo paralizante --que afecta a hombres de 60 años y a mujeres que rondan los 48-- sí que existen diferencias por sexos. O. P.