El llanto del recién nacido, la entonación con que se emite y los gestos faciales que emplea el bebé al expresar ese disgusto son una fuente de información que, si se descifra, explica con precisión si el niño siente miedo, ira, asco, dolor o hambre. El llanto es, de hecho, el único recurso de que dispone el pequeño para comunicarse con el exterior, o con él mismo, y lo utiliza desde el mismo momento del nacimiento, aunque quienes atienden el parto no lo suelen valorar más que porque indica que el bebé está vivo.

De esto se ocupa el primer estudio español sobre comunicación gestual y prosódica del bebé, que llevan a cabo tres profesores de psicología de las universidades de Valencia, Murcia y UNED. Ayer lo expusieron en Barcelona. Ya han analizado la forma en que se expresan 43 bebés menores de 18 meses, a los que les provocaron el llanto de diferentes maneras. El causado por dolor se grabó al inyectarles las vacunas.

El lloro del nacimiento se obtuvo en salas de partos y posteriormente fue desmenuzado en un espectrógrafo por el profesor Francisco Martínez, de la Universidad de Murcia, quien analizó la prosodia con que se expresaban los recién nacidos.

"La prosodia es el contenido emocional de la voz, que no tiene nada que ver con el contenido del mensaje --explicó Martínez--. Si me dices que estás estupendamente´ pero te sientes triste, ese componente me indicará que estás triste". La prosodia es una información universal, común a todas las razas que refleja el auténtico estado emocional del individuo a través de la voz, no siempre en concordancia con lo que está diciendo.