Acostumbrado a coleccionar una victoria empresarial tras otra, Google no suele ejercer la autocrítica, pero es justo lo que hizo ayer su cofundador, Sergey Brin. "Déjenme decir solo que metimos la pata --dijo Brin en San Francisco--. No hay ninguna excusa para esto". Esto es uno de los mayores problemas a los que se ha enfrentado la empresa del buscador más potente y usado del mundo: media Europa --de España a Inglaterra, pasando por Italia, Alemania y Francia-- ha comenzado a investigar a la compañía por su repetida práctica de recolectar los datos de las redes inalámbricas, también llamadas wifi, a través de los coches que captan imágenes de las calles continentales para Street View, el servicio hipercartográfico de Google. Las autoridades europeas consideran que se trata de una vulneración de la privacidad.

En un primer momento, la empresa norteamericana --cuyas cámaras han fotografiado al menos 75 localidades del continente-- solo reconoció que sus vehículos habían captado el identificador de los routers wifi que no contaban con una contraseña y la llamada dirección MAC, que es el guarismo que identifica cada uno de estos dispositivos. Sin embargo, el pasado viernes, Google, a través de su blog, reconoció que lo que la compañía tacha de simple "error" iba mucho más allá: también había recabado la actividad en internet de los usuarios a través de esos dispositivos inalámbricos.

"GRAVISIMA INTROMISION" El presidente de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), Artemi Rallo, alberga pocas dudas: en principio, dice, se trata de una "gravísima" intromisión en la privacidad de los ciudadanos. Así que la AEPD ha iniciado una investigación para probarlo, ha exigido a Google que bloquee los datos de tráfico que almacena y, de paso, le ha pedido a la empresa que informe de qué tipo de datos ha captado y con qué fin lo ha hecho.

Alemania ha ido un paso más allá. En su caso, la agencia de protección de datos ha pedido a la compañía que le entregue los discos duros donde alberga la información captada. La investigación, además, la lleva a cabo la Fiscalía de Hamburgo. Por su parte, el Reino Unido exige la inmediata destrucción de esos datos, mientras que las autoridades italianas se han limitado a pedir explicaciones y las francesas han abierto un expediente al gigante tecnológico. Y la comisaria de Justicia, Viviane Reding, en nombre de la UE, ha acusado a Google de desobedecer abiertamente la legislación sobre privacidad de los países europeos.

La compañía, mientras tanto, insiste en que todo se debe a un "error" y que nunca ha utilizado los datos recogidos por esos coches que se pasean por las calles europeas fotografiando cada una de sus esquinas.