El cohete europeo Ariane 5 puso ayer en órbita el mayor y más pesado satélite de la historia para usos civiles y el primero del mundo dedicado sólo a dar conexión a internet.

El Thaicom 4 (IPSTAR), fletado por una empresa de telecomunicaciones tailandesa, dará servicio de internet al sureste asiático, Australia y Nueva Zelanda. El satélite, que pesa 6,5 toneladas, quedó fijado sobre Indonesia a una altitud de 1,896 kilómetros, tras 28 minutos de vuelo.

El Thaicom 4 ha sido construido por la compañía californiana Space Systems/Loral, responsables también de los Intelsat y Telsat. Tiene una capacidad de 45 gigabits por segundo (Gbps) y podrá dar servicio a 22 países, el mercado potencial de la empresa de comunicaciones tailandesa Shin Satellite, propietaria del aparato, y filial de la mayor operadora de Tailandia.

El satélite, pensado para dar banda ancha a usuarios domésticos y empresas, arranca con problemas porque sólo ha logrado vender el 10% de su capacidad, según publicó ayer la prensa asiática, que cuestionaba la rentabilidad del lanzamiento.

COMPETIR CON ADSL La intención de Shin Satellite es aprovechar la capacidad del nuevo aparato, que tiene una vida útil aproximada de 12 años, para abaratar los costes y poder competir con otras tecnologías más extendidas, como el cable o el ADSL. La gran utilidad actual del satélite son las zonas que no cuentan con infraestructura telefónica.

El lanzamiento del cohete, desde la base de Kuru, en la Guayana francesa, ha venido precedido de distintos retrasos, incluso en el día del lanzamiento final. Cuando faltaban 15 segundos para el despegue, la cuenta atrás fue detenida por un problema en los sistemas de medición de la plataforma. Finalmente, la aeronave inició la cuenta atrás a las nueve de la mañana, hora española.

Los retrasos no han desmoralizado a las autoridades europeas. "Es un gran éxito para la política espacial europea y confirma el pleno dominio del continente de las tecnologías necesarias para los lanzamientos de satélites", dijo el primer ministro francés, Dominique de Villepin, a propósito del lanzamiento del cohete y vistos los problemas de la agencia estadounidense, NASA, con sus proyectos.