Cuando a Jacint Vila le diagnosticaban, hace una década, que sufría esclerosis lateral amioatrófica (ELA), una enfermedad neuromuscular que atrofia los músculos del cuerpo, avanza hacia la parálisis total del enfermo y afecta también a su capacidad de hablar, masticar, tragar y respirar, la esposa de Albert Rey moría precisamente a causa de esta misma dolencia.

Sus vivencias, sus creencias y su experiencia les han llevado, sin embargo, a posiciones opuestas. Mientras Vila se muestra conforme y defiende seguir viviendo, Rey apela al derecho de un enfermo terminal a poder morir dignamente.

«Cuando tienes a alguien a tu lado, la eutanasia queda mucho más lejos. Creo que si hubiera más atención, cariño y ayuda, sería muy distinto», afirma Vila, que es sacerdote. «Con los cuidados paliativos es suficiente es una polémica falsa», replica Rey, que participa activamente en la asociación Derecho a Morir Dignamente. «Los cuidados paliativos son importantes, pero solicitar -o no- la eutanasia es libertad de cada cual», concluye.

La postura de Jacint Vila, enfermo de ELA

La postura de Albert Rey, Derecho a morir