Un brutal asesinato, una detención y el suicidio del homicida. Uno de los episodios más negros de la localidad almeriense de Vélez Rubio finalizó ayer con la detención del presunto asesino confeso de María García Martínez, de 35 años, que fue hallada muerta el miércoles. La joven estaba embarazada de cuatro meses y a punto de contraer matrimonio con el padre de su hijo.

Fue un antiguo novio, su anterior pareja, quien apuñaló a la chica en un prado en el extrarradio del pueblo para rociarla después con gasolina y prenderle fuego. El individuo, P. G. S., que fue detenido por la Guardia Civil en la madrugada de ayer, terminó ahorcándose con su propia camisa en las dependencias municipales en las estaba arrestado.

Tras confesar su autoría, el presunto asesino fue trasladado al calabozo de la Policía Local donde logró suicidarse ahorcándose con las mangas de la camisa.

El asesinato de María García ocurrió el pasado miércoles cuando acudía a pastorear las ovejas de su familia a una finca de la localidad llamada El Olivar. Le acompañaba su padre, aunque en un momento determinado ambos tomaron caminos distintos. Horas después, el progenitor se extrañó al ver regresar solas a las ovejas y emprendió la búsqueda de su hija. La localizó muerta bajo un árbol, confirmó el alcalde, José Luis Cruz.

La mujer había mantenido una relación sentimental con su supuesto asesino, pero desde hacía cuatro meses convivía con su actual novio, de origen murciano. Ambos esperaban un hijo e iban a casarse el 6 de mayo.