Antes de partir, la expedición deberá superar otro obstáculo, quizás el mayor de ellos: el económico. El coste de la aventura se cifra en unos 250.000 euros de los que apenas se han cubierto 40.000. Los expedicionarios buscan aportaciones de patrocinadores que permitan cumplir una epopeya que creen que tendrá un eco mundial.

Lo que se recaude de más, una vez sufragados los gastos, se repartirá entre varias oenegés. El coste cubre también los entrenos tanto en La Molina, como, en unos meses, en Islandia.