Los quioscos, gasolineras y fabricantes de máquinas expendedoras también se han levantado en pie de guerra contra la ley antitabaco. La prohibición de vender cigarrillos en cualquier comercio excepto en estancos y establecimientos hosteleros que permitan fumar, les supondrá pérdidas, dicen, de entre uno y cuatro millones de euros, que se traducirán en el despido de 25.000 trabajadores, según la recién creada Asociación Española de Puntos de Venta de Tabaco.

Como primer acto de protesta, han convocado una jornada de huelga en los quioscos el día 30 de enero. Ese día habrá una manifestación en Madrid, ante el Ministerio de Sanidad, y en el resto de España, delante de las delegaciones del Gobierno.

La asociación reclamó volver a expender tabaco y, si no, recibir ayudas. Además, pidió que corregir el "privilegio" que supone poder vender el producto en aeropuertos y estaciones de transporte no en centros comerciales, según su portavoz, Mauricio Faltoyano.

Altadis (Fortuna, Novel y Ducados) subió ayer el precio de sus cajetillas una media de 25 céntimos para trasladar al fumador el última incremento de los impuestos.