Para ser un adulto concienciado en el respeto a las normas de seguridad vial hay que aprender desde pequeño. Es la filosofía del Departamento de Educación Vial de la policía local de Plasencia, que lleva varios años dando charlas a niños y jóvenes sobre cómo deben actuar como conductores --de bicicletas y ciclomotores en su caso-- y como peatones, una teoría que después llevan a la práctica en el parque infantil de Tráfico, que en el 2009 cumple 40 años.

Son siete los agentes encargados de las clases teóricas y prácticas, coordinados por el subinspector José Antonio Quijada. A falta de conocer la memoria del 2008, sus actividades de educación vial llegaron en el 2007 a casi 5.000 niños. Precisamente, en Navidad, el parque de tráfico ha acogido a unos 300 al ampliar su horario y abrir desde el 22 de diciembre al 7 de enero, exceptuando los festivos, para facilitar el acceso de los pequeños que estaban de vacaciones.

Pero además, el parque abre todos los sábados de 11.00 a 13.30 horas. Aunque, si los niños no van al parque, son los agentes los que se acercan a estos a través de charlas en los colegios. "Hacemos actividades en todos los colegios. Primero vamos a las clases y luego esos mismos niños van al parque de tráfico a poner en práctica lo que les hemos contado", explica Quijada.

Los destinatarios son alumnos de primaria, de entre 9 y 10 años, aunque en el caso de las comarcas, los agentes también realizan las charlas en los institutos. Este año, el departamento quiere hacer lo propio en los institutos de la ciudad. "Cuando acabemos en los colegios, iremos a los institutos para hablar con chicos de 12 a 14 años por el tema del ciclomotor", cuenta el subinspector. A estos además, intentan concienciarles sobre los peligros del consumo de alcohol y drogas en la conducción y el riesgo de accidentes.

En el caso de los más pequeños, inciden en darles a conocer las señales de tráfico y concienciarles de que deben respetarlas, pero también hacen hincapié en los atropellos porque "los niños pequeños y las personas mayores son los que más los sufren". De ahí que en el parque de tráfico actúen no solo como conductores de bicicletas sino también como peatones. Con todo, "al final, como los padres no van a las clases de educación vial, son los niños los que les enseñan y recuerdan que deben ponerse el cinturón y cosas así", explica Quijada.

En Navidad, el parque ha estado abierto a niños de hasta cuatro años "que van con sus padres y los correpasillos" y a mayores en bicicleta. "Lo suyo es que lleven la suya porque es con la que van a montar", dice el coordinador del departamento, pero para los que no tengan, el parque cuenta con unas 35, más 6 ciclomotores y 6 karts.

A estas actividades se sumará este año la celebración de los 40 años del parque de tráfico.