JUSTO CUANDO el desánimo aparecía en los rostros de los organizadores, la segunda quincena de agosto ha obligado a rehacer las previsiones. Si hasta el 14 de agosto se tardaba unos 20 días en alcanzar cada uno de los tres millones de visitantes que hasta entonces habían acudido al evento, el cuarto millón tardó 14 días en caer. Y la progresión sigue.