Son el futuro, la tecnología más eficiente. Y también la más ecológica, aunque hay que andarse con cuidado con ella. La luz azul necesaria para obtener algunas iluminaciones led blancas provoca estrés tóxico en la retina si la exposición es prolongada, repetida y cercana. Los niños, que aún están desarrollando su sistema ocular, son particularmente sensibles al impacto del haz luminoso, ya que su cristalino no puede filtrar correctamente esa luz azul.

Las personas que han sido operadas de cataratas, las que tienen problemas de fotosensibilidad o los instaladores de iluminaciones son otros grupos de riesgo. Pese a la alerta, aún queda por determinar cuál ha de ser la intensidad de la exposición para que se produzcan daños.

SIN FILAMENTOS Los leds están llamados a convertirse en el principal sistema de iluminación en Europa --doméstico, urbano e industrial--, según indicaciones de la propia UE, que ha dictado una directiva para que las bombillas de filamentos vayan desapareciendo progresivamente hasta el 2016. Se impone la eficiencia energética.

El problema, advierten científicos, oftalmólogos y ópticos, es que, pese a sus grandes ventajas económicas, algunos leds --precisamente, los más habituales en el mercado-- tienen una gran componente de luz azul. Y aún otra advertencia: hay leds que pueden generar intensidades hasta mil veces superiores a las de las bombillas convencionales. Eso genera un alto riesgo de deslumbramiento y provoca, en caso de exposiciones continuadas y reiteradas, daños oculares, afirma un informe de la agencia francesa de seguridad en la alimentación, el medio ambiente y el trabajo (Anses).

"Instituciones, fabricantes, comercializadores y consumidores, hemos estado solo preocupados con que los sistemas de iluminación fueran energéticamente eficientes, pero quizás se ha descuidado otro elemento importante: la calidad de esa luz", observa Mercè Terradellas, directora de la Oficina de Control de la Contaminación Lumínica de Cataluña. "Ahora que los leds se están difundiendo en la electrónica de consumo, y van camino de convertirse en una parte importante de la luz doméstica, es más importante entender los riesgos", observa Morgan Mitchell, investigador y experto en seguridad de láseres en el Instituto de Ciencias Fotónicas.

El primer aviso sobre los riesgos que los leds tienen sobre la salud lo lanzó hace tres meses la agencia Anses, con la publicación de un estudio --el primero de estas características--, que "subraya la necesidad de disminuir las intensidades de los leds y aconseja evitar el uso de estas luces ricas en color azul en lugares frecuentados por niños".

En diciembre, el Colegio de Opticos y Optometristas de España expresó también su preocupación por la creciente presencia de este sistema en juguetes e iluminaciones navideñas. "Mucho cuidado. Representan riesgos para la retina", advirtió el presidente del organismo, Juan Carlos Martínez Moral. "El 90% de los leds funcionan mediante un proceso que consiste en obtener luz blanca con el acoplamiento de una luz azul, cuya longitud de onda se acerca a la radiación ultravioleta", explicó.

¿Por qué los de luz azul? "Es una luz que se absorbe más que las otras por parte del epitelio pigmentado. Esto produce unos cambios térmicos que, a largo plazo, pueden inducir un deterioro", argumenta Jordi Monés, director del Instituto Mácula Retina del Centro Teknon.