El Tribunal Supremo ha confirmado la separación del servicio impuesta por el Ministerio de Defensa a un cabo de la Guardia Civil de Madridejos (Toledo) que inventó una multa contra el jefe de su mujer, después de haberle amenazado con "perseguirle todos los días y hacerle la vida imposible" si despedía a su cónyuge.

El tribunal considera proporcionada la sanción impuesta al cabo "por los perjuicios causados a un ciudadano y el uso torticero de la autoridad como medio de presión para la satisfacción de intereses personales".

El 28 de abril del 2003, el cabo Fernando R.C., acudió a las instalaciones del supermercado Mercadona de Madridejos para convencer a su coordinador de que no despidiera a su mujer, empleada de la tienda, que había sido apercibida por su falta de compromiso profesional.

En la conversación, el cabo se fue alterando hasta el punto de que recordó al coordinador su condición de guardia civil y le advirtió de que por el poder que tenía podía "perseguirle todos los días y hacerle la vida imposible" si despedía a su cónyuge.

A las pocas horas, el cabo, que estaba de servicio, formuló una denuncia contra el vehículo del jefe de su mujer por conducir de modo temerario. La infracción denunciada podía ser sancionada con 450 euros y suspensión del carnet de conducir por un mes. El denunciado, que cuando presuntamente cometió la infracción estaba trabajando, formuló una queja. Al día siguiente, el cabo volvió a entrevistarse con el jefe de su mujer, que ante el estado de nervios que le produjo el asunto estuvo a punto de ser trasladado a otra ciudad.