El mundo de la droga ha cambiado y los esquemas tradicionales de prevención ya no son útiles. A partir de esta tesis, la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) propuso ayer que las nuevas estrategias contra el uso de estupefacientes se adapten a la realidad del consumo, ya que no todo consumidor es adicto, y, con un enfoque más realista, dejen de proponer la abstinencia total como el único objetivo.

El director general y el responsable de comunicación de la entidad, Ignacio Calderón y Eusebio Megías, defendieron que se fomente el autocontrol entre los adultos y que la prevención se plantee de forma compatible con algún tipo de consumo. "El menor uso de sustancias y la reducción de los daños asociados ya es un avance", subrayó Megías. Según el punto de vista de los dos expertos, los programas actuales, incluido el Plan Nacional Sobre Drogas del Ministerio de Sanidad, mantienen enfoques de los años 80 "poco útiles" que deben cambiarse. Otro tanto pasa con los mensajes.

"Se debería insistir más en los problemas extrasanitarios, como la integración familiar, el rendimiento escolar y la violencia", dijeron.

TAMBIEN LOS ADULTOS La FAD considera imprescindible dejar de considerar el problema como exclusivo de la juventud, ya que "ellos no son los únicos que consumen ni lo hacen de manera tan diferente a sus padres". De hecho, sus últimas investigaciones apuntan que muchos jóvenes se drogan para sentirse integrados en su mundo al considerar que la exclusión es el mayor riesgo.