Las cápsulas de éxtasis aún conservan en la mente de muchos jóvenes un halo de droga amable, de baja toxicidad y escaso riesgo, según destacan los estudiosos de este estupefaciente. Se la introdujo en el mercado como el refuerzo lúdico de los tímidos o como la pastilla del amor que provoca simpatía y facilita la práctica sexual. Esta droga se suele tomar mezclada con alcohol.

Esta última característica tiene consecuencias, ya que los adolescentes que consumen éxtasis prescinden del preservativo o de otro control anticonceptivo cuando mantienen relaciones sexuales. De hecho, muchos embarazos de jóvenes de 14 o 15 años se han iniciado bajo los efectos del éxtasis.