La sonrisa de Pepe Rubianes se ha apagado. El actor y director teatral falleció ayer por la mañana en su domicilio barcelonés a los 61 años, víctima del cáncer de pulmón que le diagnosticaron hace menos de un año. El entierro será hoy, a las 13.30 horas, en el tanatorio de Sancho de Avila, en la más estricta intimidad, deseo de la familia.

Enamorado de la vida y de Africa, donde pasaba largas temporadas, el genial monologuista tuvo que interrumpir en abril su último espectáculo, La sonrisa etíope , para tratarse de la enfermedad. "Me he traído unas bailarinas de Adís Abeba para no estar solo en el escenario; así podré escaparme al camerino a fumar un pitillo mientras ellas danzan", bromeaba el actor al presentar en enero del 2008.

El humorista llevaba Africa en el corazón desde que en los 80 descubriera sus paisajes humanos. Nacido en Vilagarcía de Arousa (Pontevedra) en 1947 y afincado desde los 5 años en Cataluña, el actor logró sus primeros éxitos de la mano de Dagoll Dagom (No hablaré en clase y Antaviana ) y Els Joglars (Operació Ubú). Antes, en 1970, trabajó de figurante en una producción de Un enemigo del pueblo en la que pronunciaba, para desdicha de su desatada labia, una sola palabra --"estúpido"--, dirigida a Fernando Fernán Gómez. En 1981 cuando decidió dar rienda suelta a su proverbial lengua consagrándose como monologuista de lengua afilada, divertida, gamberra y libre.