La muerte de Joan Oró, uno de los científicos más reconocidos internacionalmente por sus aportaciones al estudio de los orígenes de la vida y que fue asesor de la NASA, ha suscitado hoy el máximo reconocimiento público e institucional de este investigador catalán.

Un cáncer diagnosticado hacia ya 14 años causó a las once de la noche del viernes la muerte, a los ochenta años, de este eminente científico, que se encontraba ingresado desde el 31 de agosto en el Area de Oncología Médica del hospital Clínic de Barcelona.

Desde ayer los ciudadanos pueden rendir homenaje al científico, cuya capilla ardiente permanecerá abierta hasta hoy, cuando se oficiará su funeral en la Basílica de Sant María del Mar.

Oró ha recibido un reconocimiento de máximo nivel con la instalación de la capilla ardiente en el Palau de la Generalitat, como ha quedado patente con la presencia de una formación de los Mossos d´Esquadra para subrayar el realce de este investigador de talla internacional.

Nacido en Lleida en 1923, era licenciado en Ciencias Químicas y doctor en Bioquímica por Houston.