José María Abreu y los otros seis tripulantes del pesquero gallego Tiburón III navegaban el pasado miércoles a 300 millas de Senegal, frente a Cabo Verde, cuando vieron un cayuco. De la humilde embarcación de madera no asomaba ninguna cabeza, así que pensaron que se encontraba vacía. Al acercarse, sin embargo, vieron que en ella había ocho cuerpos. Todos inmóviles. Ocho fallecidos, pensaron los marineros del Tiburón III , justo antes de que uno de los subsaharianos levantara tímidamente un brazo, alertara de que estaba vivo, fuera rescatado y, una vez a bordo del pesquero, contara su historia de muerte y supervivencia.

20 DIAS A LA DERIVA El cayuco había salido del puerto de Nuadibú, en Mauritania. Su destino era el archipiélago canario, pero llevaba 20 días a la deriva. En un principio eran 57 inmigrantes, pero el agua se acabó y empezaron las muertes. Cuando uno fallecía, sus compañeros de viaje lo tiraban por la borda. Esta operación se repitió 49 veces, hasta que ya no hubo suficientes vivos para evacuar a los muertos. Siete de ellos aún se encontraban en el cayuco cuando llegó el Tiburón III . Uno estaba con vida, si bien en estado "muy débil", explicaron fuentes de Salvamento Marítimo, que coordinó las operaciones de rescate. Los 49 restantes se encuentran desaparecidos.

"Fue dantesco, horroroso". Abreu, pontevedrés de 46 años, lloraba ayer al contar el rescate. Dijo sentirse "orgulloso" de haber salvado una vida, pero, sobre todo, "desgarrado" porque muchas más, 56, se habían perdido en el cayuco. "Uno queda dañado --explicó a Europa Press--. En caliente no te das cuenta porque quieres ayudar, pero después no puedes dormir al recordarlo".

Tras rescatar al único superviviente, Abreu y sus seis marineros alertaron a las autoridades, que enviaron al buque hospitalario Esperanza de Mar al encuentro del pesquero. El barco recogió al subsahariano y a los siete cadáveres que no habían sido tirados por la borda. Llegará mañana a Las Palmas. "Nos hubiera gustado no encontrarnos con nada de esta horrorosa historia", concluyó Abreu.