Hay oficios que nunca cambian y otros que se han visto transformados por las nuevas tecnologías. En esta segunda categoría estaría el de falsificador de documentos, una labor que ya no tiene nada que ver con la imagen casi romántica del habilidoso artesano que, plumilla en mano y con el ojo pegado a la lente de aumento, reproducía cualquier documento.

"Antes, el taller de un falsificador era como la mesa de un relojero. Hoy, los talleres de falsificación caben en un lápiz de memoria USB, pues todo se hace por ordenador", comentan fuentes de la unidad policial contra las redes de inmigración y falsedades documentales (Ucrif) de Barcelona. La clave es contar con impresoras digitales de última generación y tintas especiales, que en mercados como el chino se pueden comprar. También ha cambiado mucho el documento a falsificar. Según han constatado los miembros de la Ucrif, los documentos que más se están falsificando son DNI de otros países de la Unión Europea y certificados de empadronamiento.

La razón es simple. En un momento de crisis, ya no se necesitan tanto documentos para poder entrar, esencialmente porque hay menos inmigrantes sin papeles que quieran venir. Pero los indocumentados que están aquí sí necesitan documentos para regularizarse.

PAPELES INSEGUROS "Con esos documentos comunitarios basta con registrarse y pedir un certificado en una comisaría para estar legal", señalan esas fuentes, que detallan que "lo más fácil es falsificar DNI de otros países de la UE, pues al ser solo tarjetas o carnets son más fáciles de reproducir que los pasaportes".

En realidad, los DNI de algunos países europeos tienen un nivel de sofisticación similar al carnet de socio de una biblioteca. Así, el bilhete de identidade portugués es solo una cartulina plastificada. Menos compleja es aún la carta d´identità italiana , una pequeña cartulina sin plastificar y donde, en muchas ocasiones, la foto simplemente va grapada. "Estas falsificaciones se hacen aquí y cuestan entre 500 y 800 euros", comentan esas fuentes. El abanico de países a los que se copia el DNI para regularizarse en España es amplio. Los extracomunitarios que compran esos documentos los eligen en base a vínculos históricos o demográficos entre su país real y el país que quieren suplantar. Se trata de ser verosímil. Así, los DNI portugueses son usados sobre todo por brasileños, aunque también por personas originarias de Guinea-Bissau.

En el caso de la tarjeta italiana, suelen comprarla argentinos y uruguayos. La francesa suele ser demandada por magrebís o subsaharianos por la enorme presencia migratoria de personas de esas zonas. Los DNI falsos de Grecia, Rumanía o Bulgaria son utilizados sobre todo por ucranianos, georgianos, armenios y moldavos. Bielorrusos y rusos emplean cada vez más pasaportes de países bálticos, como Lituania, mientras que paquistanís e indios intentan hacerse con pasaportes británicos.

REGISTRO UNICO Los certificados de padrón son el otro documento más falsificado. "Es más fácil aún de copiar pues solo es una hoja. Escanean un original y cambian el nombre". Ahí hacen constar que el extranjero lleva más de tres años en España, lo que les permite pedir el arraigo social. La falta de un registro único hace que, para comprobar si es auténtico, los agentes tengan que contactar con cada ayuntamiento, que puede tardar semanas en responder.