Greenpeace ha informado de que ha adquirido unos terrenos del tamaño de un campo de fútbol adyacentes al aeropuerto internacional de Heathrow para distribuirlos entre famosos y activistas del movimiento ecologista en un intento de impedir la construcción de la polémica tercera pista. Entre quienes se han comprometido a comprar parcelas figuran la actriz británica Emma Thompson, el comediante Alastair McGowan, asesor para temas ecológicos de la oposición conservadora Zac Goldsmith, el propio director de Greenpeace, John Sauven, además de diputados tanto del gobernante partido laborista como de la oposición, así como científicos.

El objetivo de la operación es que BAA, la empresa propietaria del aeropuerto, que pertenece a su vez al grupo español Ferrovial, se vea obligada a negociar con cada uno de los dueños de esas parcelas, lo que dificultará el proceso de ampliación del aeropuerto. La organización ecologista opina que cuanto más se aplace la proyectada expansión, más probabilidades existen de que el proyecto, actualmente favorecido por el Gobierno, sea finalmente revocado.

La mayoría de los compradores ha contribuido a la operación con una suma cuyo montante no se ha revelado aunque un donante que ha preferido permanecer en el anonimato se hizo cargo de la mayor parte del costo de los terrenos, comprados a un particular y valorados en 20.000 libras (22.200 euros). "No entiendo cómo un gobierno que se toma mínimamente en serio la lucha contra el cambio climático puede tomar siquiera en consideración un plan tan ridículo (como la ampliación de Heathrow). Lo impediremos aunque tengamos que instalarnos allí y plantar hortalizas", dijo la actriz Emma Thompson.

Por su parte, John Sauven, director de Greenpeace, afirmó que "miles de personas están dispuestas a defender pacíficamente sus campos en persona, oponiéndose a las excavadoras y bloqueando la construcción". Según Sauven, "los propietarios legales de los terrenos bloquearán la construcción de la tercera pista y recurrirán a los tribunales si es preciso". "Jamás aceptarán vender sus parcelas al operador de propiedad española BAA", aseguró el director de Greenpeace.

Los activistas de Greenpeace quieren crear hoy un mensaje con tiza sobre los terrenos adquiridos que sea visible desde el aire y que diga: "Nuestro Clima, Nuestra Tierra". Consciente de la creciente oposición popular a la ampliación de Heathrow, el Gobierno laborista proyecta poner una serie de condiciones como la de no permitir que aumente el número de vuelos si ello acarrea un incremento de la contaminación atmosférica.

Un informe encargado por el alcalde conservador de Londres, Boris Johnson, sobre el impacto de la construcción de una tercera pista en el aeropuerto de Heathrow, filtrado al vespertino Evening Standard, advierte del peligro que supondría para la salud de los habitantes de las zonas próximas.

El alcalde, contrario a la ampliación del aeropuerto, ha pedido al Gobierno laborista que estudie la posibilidad de construir en su lugar un nuevo aeropuerto en el estuario del Támesis, idea desechada, sin embargo, por su propio partido. El informe de la Great London Authority (la Autoridad del Gran Londres), filtrado al vespertino Evening Standard, critica al Gobierno laborista de Gordon Brown por minimizar los peligros para la salud de esa ampliación.

Según los autores del estudio, Heathrow viola ya las normas sobre calidad del aire de la Unión Europea y superaría también los límites sobre contaminación sonora de permitirse un cincuenta por ciento más de vuelos sobre la capital. Según el estudio, Heathrow "supera ya los límites de calidad del aire fijados por la Unión Europea", que establece que el nivel anual medio de dióxido de carbono no debe exceder de 40 microgramos por metro cúbico en las zonas residenciales.

El aumento del número de vuelos desde los 480.000 actuales a 720.000 al año produciría aún más emisiones de dióxido de carbono para cuando entren en vigor, el año próximo, esos límites acordados por Bruselas. Según el director ejecutivo de BAA, Colin Matthews, la nueva pista y la terminal costará alrededor de 9.000 millones de libras (9.990 millones de euros) y podría inaugurarse en el 2019 o el 2020.