Con la lección aprendida tras haberse preparado a conciencia con su abogado, el bailaor Juan Manuel Fernández Montoya, Farruquito, declaró ayer en el inicio del juicio por el atropello de un peatón en septiembre del 2003 en Sevilla, para responder de las acusaciones de homicidio por imprudencia, omisión de socorro e inducción a la simulación de delito. El bailaor dijo al juez: "No sé si soy culpable o inocente, de verdad. Lo único que quería era huir del lugar".

Los otros acusados (dos expolicías y un empresario amigo de la familia que se negaron a testificar, un amigo y su tío) se declararon inocentes de los cargos de encubrimiento e inducción a la simulación de delito.

Farruquito, que conducía su coche sin carnet ni seguro, llegó a los juzgados escoltado por su familia y una nube de periodistas y curiosos. El artista se enfrenta a la petición de entre tres y ocho años de cárcel y una indemnización para la familia del fallecido que oscila entre los 115.855 euros que pide la fiscalía y el millón que reclama la acusación particular.

En poco más de una hora, Farruquito respondió a las preguntas de los abogados y dio su versión. Insistió en que tenía mucha pericia al volante pese a no tener permiso de conducir y, sobre todo, que nadie le aconsejó que responsabilizara a su hermano para reducir la pena, idea, dijo, surgida del propio menor.

El artista reconoció que mintió por miedo. "Miedo a lo que le podía pasar a mi familia, a mi carrera, a todo. Un miedo nuevo para mí", aseguró.

El bailaor, de 22 años, aseguró que paró cerca del lugar del atropello y creyó ver cómo la víctima se levantaba y era auxiliado. "Cerré los ojos y salí de allí corriendo", afirmó. La vista continuará hoy con la declaración de los testigos, por lo que el caso podría quedar visto para sentencia la próxima semana. El fallo se conocerá antes de agosto.

ZAPATERO, A LANZAROTE Más de un centenar de personas se trasladarán el próximo mes de agosto hasta Lanzarote para reforzar la seguridad del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y de su familia, durante las vacaciones de verano que pasarán en la isla.

La mujer del presidente, Sonsoles Espinosa, y sus dos hijas llegarán a Lanzarote durante la última semana de este mes de julio, unos días antes de que lo haga José Luis Rodríguez Zapatero.

Este centenar de agentes, procedentes de la península, garantizará la seguridad de la residencia oficial de La Mareta.

La residencia en la que se alojará la familia monclovita, que pertenece a Patrimonio del Estado, cuenta con canchas deportivas, helipuerto, piscina y también acceso directo al mar.

En La Mareta, recibió la entrada del milenio la familia real y allí también falleció, el 2 de enero del 2000, la madre del Rey, María de las Mercedes.