Al final la foto más esperada no se produjo y Juan Manuel Fernández Montoya, Farruquito no escuchó el testimonio de la viuda de Benjamín Olalla, el peatón que atropelló en septiembre del 2003. Los abogados consideraron innecesaria la comparecencia de Angeles Madero que tras pasar tres días ante la sala quiso hablar con la prensa para aclarar que "las cosas habrían cambiado si Farruquito hubiese parado el coche" y que "nunca" ha visto arrepentimiento en el artista.

Más tranquila, "porque tener que ponerse delante de un juez sin haber cometido ningún delito es estresante", Madero explicó que no pudo seguir el juicio en la sala. "Se han escuchado muchas mentiras por la parte contraria y verdades por mi parte", dijo. La viuda dijo que no tenía "nada que decirle" al artista. "No tengo por qué hablar con ciertas personas", añadió. Madero no guarda ninguna imagen del proceso. "Sólo tengo la de mi marido, ése es el trago que llevaré toda mi vida", confesó entre lágrimas. La viuda de Olalla aseguró que nunca ha visto arrepentimiento en el bailaor --"es un artista que interpreta muy bien su papel"--, y que no se creyó las palabras que, según los policías que le detuvieron, pronunció Farruquito cuando fue arrestado.

Según los agentes, el artista confesó que iba a descansar porque en su "corazón" sabía que ese momento llegaría. El bailaor añadió que se "había quitado un peso de encima" y negó que le hubieran presionado para que confesara con implicarlo en otros delitos, como dijo el acusado dos días antes.

"No sé si descansó, pero lo podría haber evitado todo si hubiese parado", afirmó Madero. Se mostró confiada en que la juez dicte una sentencia "justa".

Quien sí declaró fue su suegro, José Olalla, que explicó que ni su mujer ni él están "a gusto ni tranquilos" desde la muerte de su hijo. Mientras habló el padre de la víctima, Farruquito no levantó la mirada del suelo.

La sesión se centró en las escuchas telefónicas a los expolicías de Málaga acusados de aconsejar al artista para encubrir el atropello. Farruquito acogió con satisfacción el testimonio de su profesor de autoescuela que, tras recordar que sólo necesitó cinco clases prácticas para obtener el permiso de conducir (en noviembre del 2004), aseguró que el bailaor conducía como "un fuera de serie".

ALBERTO LO RECONSIDERA El príncipe Alberto II de Mónaco ha reconocido oficialmente la paternidad del niño que tuvo con una exazafata de origen togolés llamada Nicole Coste, informó ayer en un comunicado el abogado de la familia Grimaldi, Thierry Lacoste.

Alberto de Mónaco "ha reconocido ese niño y desea que pueda vivir su infancia y su adolescencia de manera serena y protegida, manteniéndose estrictamente al margen de los medios de comunicación", indica el comunicado. La existencia del pequeño Alexandre, de 22 meses, fue revelada por su madre a principios de mayo.

El hecho de que Alberto de Mónaco haya reconocido que Alexandre es su hijo "no tendrá ninguna incidencia en el futuro de la dinastía", precisa.