El príncipe Felipe (en la foto, con el presidente de Interpol, el español Jesús Espigares) inauguró ayer la sede del Instituto Cervantes en Lyón, que espera que sirva "para impulsar la tradición secular" entre España y Francia, pues sus culturas serían difíciles de explicar "sin tener en cuenta las influencias mutuas". El presidente del instituto, Jon Juaristi, acompañó a Felipe.