Paleontólogos de la Fundación Dinópolis han descubierto en un yacimiento de la localidad de Riodeva, en la provincia de Teruel, el mayor fémur de dinosaurio conocido hasta ahora en Europa, con una longitud cercana a los dos metros. El hueso, que ayer fue presentado públicamente, se halló a unos tres kilómetros del lugar donde en el 2003 se encontraron restos del gigantesco Turiasaurus riodevensis, aunque los investigadores aún no tienen claro si se trata de un nuevo ejemplar de la misma especie (la hipótesis más probable) o bien es otro saurópodo de tamaño igualmente descomunal. El fósil ha sido desenterrado, pero aún continúa aferrado a la roca del terreno.

El Turiasaurus o lagarto del Turia, cuya reconstrucción fue publicada por la revista Science en el 2006, vivió en la transición del jurásico al cretácico, hace entre 130 y 140 millones de años. Se ha estimado que tenía un peso de unas 40 toneladas y una longitud de 30 metros, por lo que es el mayor dinosaurio desenterrado hasta la fecha en Europa (con posterioridad se encontraron más restos en Asturias, Portugal, Francia y el Reino Unido). De aquel especimen de Riodeva se hallaron fragmentos del cráneo, dientes, vértebras y costillas, entre otros restos, pero no el fémur, que es el mayor hueso del esqueleto.

Una uña y dientes

El director del yacimiento, Alberto Cobos, explica que el nuevo hallazgo se produjo hace tres meses gracias a la erosión. "Lo primero que vimos fue el fémur --relata--. Después comenzamos a excavar para sacarlo y encontramos otros restosO. Hasta ahora han aparecido el robusto fémur, que mide exactamente 1,92 metros, una tibia de 1,25 metros, varios huesos de la cola (15 vértebras caudales y 11 cheurones), una uña casi completa, dientes y parte del cráneo.

Cobos asume que todavía no se ha podido determinar si se trata de una nueva especie o si es otro Turiasaurus riodevensis, porque los restos no son coincidentes y no se pueden comparar. "Sin embargo --precisa el paleontólogo--, estos últimos días hemos encontrado unos dientes que sí son muy similares a los del Turiasaurus". A partir de ahora se abre una labor de trabajo en laboratorio que puede ser "la labor más lenta" para llevar a cabo la investigación científica de los restos.

En caso de tratarse de otro individuo de la misma especie, el hallazgo permitirá completar la morfología del animal y alcanzar el 80% del esqueleto, explica el paleontólogo. De lo contrario, se trataría lógicamente de una nueva especie de saurópodo gigante, un mérito al alcance de pocos yacimientos.

Convivencia

Cobos, esperanzado, subraya que tan solo se han excavado unos 12 metros cuadrados y recuerda que "es raro el yacimiento en el que aparece un solo individuo".

Lo que sí parece claro es que los saurópodos gigantes convivían con otros dinosaurios menores. El Turiasaurus, por ejemplo, mostraba signos de una dentellada propinada por otro animal, posiblemente un carnívoro de mandíbula potente.

Territorio Dinópolis, la fundación que impulsa los trabajos, se puso en marcha en el 2001 de la mano del Gobierno de Aragón como dinamizador científico y turístico de la provincia.