Si Placeat ha podido convertirse en la incombustible asociación que es de ayuda a personas con discapacidad intelectual es gracias al empeño que pusieron placentinos como Fermín Sesma Martín, hace 30 años, para lograr su declaración de utilidad pública. Decisiva para obtener ventajas fiscales, ayudas y reconocimientos de todo tipo. Por eso, qué mejor manera de celebrar el aniversario que reconociendo la labor a Fermín, su presidente entonces, cuando Placeat no tenía más de seis años de vida y un puñado de usuarios.

Entonces eran niños, los hijos de Fermín y Marilí y varias parejas más, y Placeat nació para darles un futuro mejor. Ahora son adultos, hasta 150, y tienen su hueco en el mercado laboral gracias a los talleres ocupacionales y el centro especial de empleo. Una efémides en toda regla que la familia Placeat celebró en un acto sencillo, pero muy emotivo, donde se rindió homenaje a Fermín Sesma, desaparecido hace ya casi un año. Pero en la casa quedan sus hijos, Luis, que es usuario, y Fermín, el tesorero, para acompañar a su madre en un recuerdo especial al gestor de la declaración de utilidad pública, aprobada por Consejo de Ministros el 30 de marzo de 1978.

"Fermín Sesma personaliza la gestión que hizo posible ser una asociación sin ánimo de lucro y de utilidad pública, la máxima aspiración de una oenegé, por lo tanto un motivo más que suficiente para festejarlo" explica Francisco Valverde, presidente actual de Placeat. Además de ser uno de los fundadores de una asociación más que integrada en la sociedad placentina. "Y extremeña porque hay que reconocer que Plasencia es la capital regional de los servicios de atención a las personas con alguna discapacidad" deja caer Valverde. Desde cuyo mandato, por cierto ininterrumpido desde 1998, los usuarios han pasado de 45 a 150 y de 18 a 75 los empleados que están en nómina en la organización.

Un balance que para sí querrían muchas empresas, pero que corresponde a una organización sin ánimo de lucro que ha puesto en su sitio a los discapacitados intelectuales. De manera que se les puede ver en los talleres propios de cestería, de encuadernación o punto, pero también en labores de jardinería, próximamente de limpieza y hasta de azafatos se les ha visto. Cuando no en los juegos extremeños del deporte especial o de peregrinación, un rato a pie y otro andando. Célebres son ya también sus postales de felicitación en Navidad, cuya recaudación es siempre benéfica.

Placeat, que nació en un pisito de la placentina calle Trujillo en 1972, disfruta ahora de todo un centro integrado de servicios en la zona de expansión de la ciudad. Se ha convertido en un buque insignia del movimiento asociativo local y es imparable. Fermín Sesma Martín estaría orgulloso. Puede descansar tranquilo.