El arresto de fin de semana, que se incorporó en el Código Penal de 1995, ha sido un fracaso. Se ha aplicado muy poco porque suponía el ingreso en un centro con la consecuente complejidad de trámites, la falta de plazas en las prisiones y el efecto contraproducente de que un pequeño delincuente pise la cárcel. Para suplir el arresto de fin de semana entra ahora en vigor la figura de la "localización permanente", que no es otra cosa que el retorno del arresto domiciliario. Durará 12 días y no deberá cumplirse sólo en el domicilio. El juez podrá determinar otro lugar, como el centro de trabajo.