La fiscal retiró hoy la petición de pena de 7 años de cárcel para Jorge Ramos, acusado de empujar a las vías del metro a Miriam Alonso en 2005 -a quien pidió perdón-, al estimar la eximente completa por enajenación mental y pidió su internamiento en un centro psiquiátrico penitenciario durante casi 15 años. "Estoy arrepentido. Pido perdón a Miriam y espero que le vaya lo mejor posible", así lo declaró Ramos en el turno de última palabra del juicio que quedó hoy visto para sentencia en la Audiencia de Madrid y en el que se negó a declarar el primer día, tras lo que se le autorizó a ausentarse de la vista hasta hoy por si el desarrollo de la misma "pudiera influirle negativamente en su evolución".

Antes de escuchar al acusado, la fiscal modificó sus conclusiones provisionales al considerar que concurre en el acusado la "eximente completa" por enajenación mental, ya que padece "esquizofrenia paranoide con ideas delirantes y alucinaciones que anula su capacidad intelectiva y el control de los impulsos" y la motivación del hecho cometido se inscribe dentro de su "trama delirante".

Le imputó un delito intentado de asesinato con la agravante de alevosía y solicitó por ello que se le interne en un centro psiquiátrico penitenciario durante 14 años, 11 meses y 29 días, que no podrá abandonar sin la autorización del tribunal. Consideró que el acusado es un "enfermo mental peligroso" y que es necesario que sea "supervisado estrictamente por profesionales" para llevar un control "exhaustivo" de su medicación. Asimismo, solicitó que indemnice a la víctima con 457.059,77 euros y a Muprespa, que abonó los gastos hospitalarios.

Por su parte, la acusación particular coincidió con el criterio de la Fiscalía, retiró su petición inicial de 7 años y medio de cárcel y pidió su internamiento en un centro psiquiátrico penitenciario, aunque reclamó que sea durante un período de 20 años, porque en un centro psiquiátrico no penitenciario "no tienen la custodia" que este tipo de enfermos necesitan. Además, la abogada de Miriam, Olga López, solicitó una indemnización tanto al acusado como a sus padres -como responsables civiles directos- de 860.000 euros, al estimar que hubo "negligencia" por parte de los progenitores en el tratamiento médico de su hijo y consideró que "deberían haber hecho más y así los hechos se podrían haber impedido". La letrada recordó que "antes de que se dicte una sentencia, Miriam tiene una condena de por vida" porque su vida está "alterada por completo".

La defensa de Ramos, Fermín López, pidió la libre absolución de su patrocinado o su internamiento en un centro psiquiátrico no penitenciario durante 3 años ya que, para él, los hechos son constitutivos de un homicidio intentado porque, dijo, al tener anulada su capacidad intelectiva, "era imposible que preparara los hechos". Señaló también que hay que aplicarle la atenuante muy calificada de confesión y que no procede reclamar la responsabilidad civil a los padres porque no ha habido ninguna negligencia por su parte y le han dedicado "todo tipo de cuidados".

Al término de la vista, Miriam Alonso aseguró a los periodistas que Ramos no va a obtener su perdón "por muchas veces que me lo pida" y explicó que el momento más desagradable del juicio ha sido escuchar a su defensa pedir tres años de internamiento porque "es muy poco tiempo". "Mi único consuelo es la petición que ha hecho mi abogada", manifestó Miriam, que destacó que el juicio "ha sido muy duro al tener que recordar" todo lo sucedido.