Alejada de las corrientes y modas musicales preferidas por la mayoría de los veinteañeros del momento, Esther Merino forma parte de esa minoría de jóvenes volcados en el flamenco puro, "que no el flamenquito", apostilla, porque para ella "la fusión puede sonar bien, pero no es flamenco".

A sus 22 años, esta cantaora de la pedanía pacense de Gévora ha sido alumna en Sevilla de maestros como José de la Tomasa, Calixto Sánchez y Esperanza Fernández, pese a no pertenecer a una estirpe flamenca.

"Desde pequeña me gustó mucho Camarón y Carmen Linares, empecé a cantar por Niña Pastori y mi padre que es un gran aficionado me guió, y poco a poco me fui adentrando y conocí el verdadero flamenco", relata.

Esther Merino considera que este cante sigue siendo el gran desconocido, "sorprende encontrar a gente de mi edad volcada en el flamenco, aunque los jóvenes empiezan a interesarse, se ve en los concursos".

El 4 de noviembre ganó el IV Concurso de Cante Flamenco de Arrasate, Guipúzcoa, y hace unas semanas fue seleccionada en dos concursos en Cataluña. Esta joven cantaora mantiene que "el flamenco no es exclusivo de nadie, aunque en Andalucía hayan nacido muchos cantaores y la mayoría de los que están en pleno auge sean andaluces. Pero no se puede olvidar a Porrina de Badajoz ni a los cantaores que hay en el País Vasco, Asturias o Galicia, que también los hay". según Esther Merino, quien lamenta "la dejadez que ha existido en Extremadura respecto al flamenco, se han dejado de fomentar los cantes de aquí, cuando voy a cantar por ahí nadie conoce los jaleos extremeños, los tocan por bulerías porque no hay conocimiento, aunque ahora se está luchando para que se conozcan y se está empezando a encontrar apoyos", explica.

La carrera de esta joven ha sido impulsada y apoyada por la Diputación de Badajoz y la peña flamenca de esta ciudad, que becaron a Esther para que se formara en la academia de Cristina Heeren, en Sevilla, donde ha recibido lecciones de grandes maestros. La institución provincial también ha editado un CD con sus grabaciones y ha patrocinado varias de sus actuaciones fuera de la región.

Ahora compatibiliza sus estudios de Estética, un grado superior de Formación Profesional, en Badajoz con sus clases particulares de flamenco en Sevilla, a donde viaja dos veces a la semana con la esperanza de poder algún día dedicarse profesionalmente al cante y vivir de esto, algo que considera "difícil pero no imposible".

El cante por seguidilla es lo que más le gusta, "cierro los ojos, me entro en la letra y éste es el cante que más llego a sentir". Respecto a otros géneros musicales y las canciones de moda entre los jóvenes, Esther asegura estar fuera de esa onda, "no puedo escuchar más de dos horas otro tipo de música, necesito el flamenco", explica.

Al igual que el resto de los artistas viven apasionadamente este género, considera a Camarón un referente único, "su voz rajada de gitano ni la tiene ni la tendrá nadie, José Mercé tiene una voz preciosa, pero como la de Camarón, nadie", explica emocionada.