En tiempo récord. Los forenses tienen previsto terminar hoy con el proceso de identificación de los últimos 100 de los 154 fallecidos en el accidente aéreo de Barajas acaecido el pasado miércoles.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, informó ayer de que habían sido entregados a sus familias 50 cuerpos cuyas identidades han sido verificadas por las huellas dactilares.

Fuentes judiciales informaron ayer de que el juez Javier Pérez y el teniente fiscal de Madrid, Emilio Valerio, se han centrado en esta tarea antes de comenzar a investigar las causas del accidente. Fuentes de la investigación explicaron que las labores de identificación de los 100 fallecidos que restan "es difícil", ya que se practica a través de su ADN y el de sus familiares directos.

Hasta el momento, los médicos disponen de material genético de 97 de los muertos sin identificar. Los facultativos han tenido que recurrir a otros medios para verificar la identidad de una niña adoptada --a través de sus dientes--, de un mauritano cuyos familiares directos no han sido localizados y de una mujer. También hay dificultades para verificar la identidad de cuatro fallecidos por ser de la misma familia, debido a las similitudes de sus huellas genéticas.

AHORRO DE TRAMITES Para acelerar el proceso, los expertos han optado por aplicar solo un control de los tres que suelen ser habituales. Normalmente, es necesario esperar unas 72 horas para obtener resultados si se aplican los tres marcadores, pero en este caso se ha reducido la espera a unas 60 horas. La reducción no merma la garantía de los resultados. Fuentes judiciales confirmaron que el juez y el fiscal quieren evitar errores en la identificación, como ocurrió tras el accidente del Yak-42, cuando a 30 de los 62 fallecidos se les asignó una identidad errónea. Por ello, se han comprometido a que "cada cadáver esté bajo una losa con su nombre".

Fuentes de la investigación han recordado que las labores de identificación de las víctimas del 11-M se prolongaron durante seis días, a pesar de que ninguno de los fallecidos resultó carbonizado, como ha ocurrido en esta ocasión. Mientras tanto, el trasiego de familiares hacia el cementerio de La Almudena se reanudó ayer, después de que quedara interrumpido el día anterior por la recomendación de los psicólogos del Samur para que los allegados permaneciesen en el Hotel Auditorium hasta que fueran llamados.

Una vez obtenidas las pruebas de ADN de familiares y fallecidos, llegaba ayer el momento de iniciar el proceso de entrega de los 100 cadáveres que tienen que ser identificados de esa forma.

Esto hizo que muchos de los allegados estuviesen ayer más pendientes del móvil que de acudir a reuniones como la convocada por la tarde por Spanair, que quería facilitarles datos sobre el accidente. Además, tenían pocas esperanzas de que esa reunión sirviera para algo, dados los precedentes de encuentros anteriores. Al final, no obstante, acudieron en número elevado a la cita con la compañía. Aunque intuyan que las causas del terrible siniestro "solo se sabrán a través del juzgado", como dijo el abogado Ismael Rodríguez, amigo de uno de los desaparecidos.

Hubo otros que visitaron la oficina de atención a los afectados que se ha abierto en una de las salas del hotel donde se alojan. Uno de los voluntarios que trabaja allí contó que la mayoría consultaban dudas sobre las identificaciones y los traslados. Eran bastantes menos los que se interesaban por las indemnizaciones que van a cobrar, y que tendrá que abonar Mapfre a través de sus reaseguradoras.

AFRONTAR INDEMNIZACIONES La compañía Spanair garantizó ayer que está en condiciones de afrontar el pago de todas las indemnizaciones, aunque señaló que aún no se pueden adelantar cantidades. "Es un proceso que hay que trabajar individualmente, porque cada familia tiene necesidades específicas", señaló un portavoz de la compañía.