Volver al aprendizaje de los conocimientos básicos mediante los métodos tradicionales. Bajo este credo, el Gobierno francés ha culminado la reforma del programa escolar de educación Primaria (de 6 a 10-11 años). Primero fue el sistema silábico --la eme con la a, ma--, que ha desterrado al global para aprender a leer; después la vuelta de la ortografía, el cálculo mental, la disciplina, las notas de conducta... y, a partir del próximo curso, el regreso de los cursos de gramática, el aumento del deporte y la asignatura de moral en lugar de la actual educación cívica.

Se acabó el uso de términos abstrusos para designar los componentes de una frase. Vuelta al sujeto, verbo y predicado. Ya no habrá más acusativos en las aulas francesas. El complemento directo y el indirecto están formalmente de regreso, aunque algunos profesores no han llegado a desterrarlos nunca del todo. En la reforma emprendida en 1996, los cursos de gramática pura y dura fueron sustituidos por clases en las que el aprendizaje de la estructura del lenguaje se llevaba a cabo a partir de la lectura de textos. La materia se rebautizó como Organización reflexiva de la lengua y se desmarcó de la enseñanza tradicional en la convicción de que esta hacía poco atractivo el estudio y motivaba cierto rechazo por parte de los alumnos.

¿Por qué regresar ahora a las viejas recetas? Francia ha descubierto con horror que el 25% de los alumnos llegan al instituto con problemas de expresión oral y escrita, de los cuales el 15% manifiesta graves dificultades en el dominio del lenguaje. Y las autoridades educativas han concluido que "no se puede economizar en el aprendizaje cuando se trata de la lengua, hay que aprender y memorizar las reglas". Algunos expertos consideran que la reforma servirá, sobre todo, para que los padres y especialmente los abuelos --que muchas veces son los que están presentes a la hora de hacer los deberes-- puedan ayudar a los niños en las tareas escolares.

Otra novedad de la reforma ideada por Nicolas Sarkozy destacada es que harán a partir de ahora una hora más de deporte a la semana. No se trata solo de mejorar su forma física, sino de asentar bien los valores inherentes al deporte, como pueden ser la cultura del esfuerzo y la superación de sí mismo.

Tras descubrir que el 35% de los escolares acaban el primer ciclo sin haber adquirido conocimientos básicos, el fin de la reforma consiste en centrarse en lo fundamental. Es decir, en el dominio de la lengua, en "reforzar" el cálculo mental y en tener claros determinados conceptos. La historia, por ejemplo, deberá explicarse de forma cronológica. Más controvertida es la introducción de la cultura del resultado. No solo los alumnos serán evaluados con mayor asiduidad --las notas de conducta son mensuales--, sino también los centros, que serán clasificados en función de las tasas de éxito o fracaso de sus alumnos.