El Tribunal de lo Criminal de Auxerre inició ayer, casi 30 años después de los hechos, el juicio contra Emile Louis, de 70 años, por el asesinato de siete jóvenes deficientes mentales. La vista contra el exchófer, detenido y encarcelado en el 2000 por el secuestro y asesinato de las jóvenes, desaparecidas entre 1975 y 1979, ha levantado una gran expectación de público, integrado básicamente por familiares de la víctimas. Este caso ha puesto en entredicho a las instituciones judiciales francesas que, durante más de dos décadas, se desentendieron de la investigación. Por eso, el Estado francés puede ser condenado como responsable civil.

Ayer, ante la Corte, dijo que negaba "en su totalidad" los hechos que se le imputan, tras lo cual se echó a llorar al contar cómo se enteró, a los 14 años, de que la familia con la que vivía no era la suya natural. El examen de la personalidad del acusado continuará hoy.

En marzo pasado, Louis fue sentenciado a veinte años de prisión por violar y agredir sexualmente a su exesposa y la hija de ésta. Ahora le podría caer la perpetua.