Francia prosigue su lucha contra el tabaquismo apoyándose en la directiva europea del 2014 sobre fabricación, presentación y venta de tabaco. Después de introducir el paquete de cigarrillos neutro, el país vecino se dispone a erradicar de las estanterías de los estancos las marcas que juegan con el marketing convirtiendo las cajetillas en algo atractivo.

Malboro Gold, Vogue o Café crème tendrán, como exige Bruselas, un año para cambiar el aspecto de los paquetes de tabaco si quieren seguir comercializando sus productos en Francia.

La normativa comunitaria recuerda que los fabricantes no deben confundir a los consumidores haciéndoles creer que fumar puede tener efectos positivos al relacionar de forma indirecta fumar con perder peso, ser más sexy, tener cierto estatus social, o al asociarlo a la feminidad, la masculinidad o la elegancia.

La ministra francesa de Sanidad, Marisol Touraine, ha anunciado este martes que Francia se dispone a prohibir la venta de cigarrillos que tengan nombres atractivos o glamurosos. Además, habrá una nueva subida de precios que afectará al tabaco de liar.

Por otro lado, la ministra se felicito del descenso de las ventas (un 14%) observado en diciembre del 2016 respecto al mismo mes del año anterior, un dato que confirma, a su juicio, que las medidas para luchar contra el tabaquismo están dando sus frutos. En el conjunto del año, el volumen de ventas de cigarrillos ha bajado un 1,6% en comparación con el 2015.

El Gobierno galo lanzó en el 2014 un ambicioso plan de lucha contra el tabaquismo que tuvo como medida estrella el paquete neutro, es decir, sin logotipo alguno. Su adopción obligó a todos estanqueros a tener solo paquetes con el mismo formato, la misma tipografía, el mismo color y con advertencias sobre los riesgos de fumar que deben ocupar un 65% del paquete. Australia fue el primero en adoptar una medida similar y a Francia le han seguido luego otros países.

Por lo que se refiere al cigarrillo electrónico, el ministerio francés de Sanidad cree que es preferible al tabaco, pero aun así lo ha prohibido en los centros de trabajo, en los transportes públicos y en los lugares donde haya niños, como en los parques o en las puertas de los colegios. La prohibición podría extenderse a terrazas y restaurantes y su publicidad se vetó en mayo del 2016, siguiendo también una directiva europea. Para aplicar estas medidas, el Gobierno ha invertido 32 millones de euros en un fondo de prevención del tabaquismo.