Una investigación conjunta de la Guardia Civil y los Mossos d´Esquadra permitió ayer la detención en varias ciudades españolas de 22 miembros de los Angeles del Infierno, acusados de integrar una asociación ilícita para cometer los delitos de tráfico de drogas y de armas, coacciones y extorsión. Algunos ya fueron arrestados en 1996.

En diciembre del 2007, después de que la unidad central de secuestros y extorsiones de los Mossos detuviera a la cúpula de los Angeles del Infierno en Barcelona, la unidad central de información de la Guardia Civil inició unas pesquisas sobre la banda con nuevos datos que durante varios meses buscaron cobijo judicial, sin éxito, en la Audiencia Nacional. Los informes cayeron en manos del fiscal coordinador del crimen organizado de Barcelona, Gerardo Cavero, quien solicitó al Instituto Armado más concreción en sus acusaciones.

Para entonces, todos los ángeles del infierno arrestados por la policía autonómica estaban en libertad, a la espera de juicio. Finalmente, la Guardia Civil optó por pedir a los Mossos que se añadieran a su investigación a partir de los datos que ya tenían. Ambos cuerpos lograron que el mismo juez que tuteló la investigación del 2007 aceptara un caso nuevo. Pero con los mismos delitos y con los mismos protagonistas.

TELEFONOS INTERVENIDOS Así, durante un largo año, los investigadores han escuchado la totalidad de las conversaciones telefónicas de los miembros de los Angeles del Infierno asentados en Barcelona, a los que han seguido de cerca, las 24 horas del día, las últimas semanas.

Fue en el transcurso de estos seguimientos cuando los investigadores detuvieron, hace varias semanas, a dos miembros de la franquicia italiana tras adquirir un kilo de coca que presuntamente compraron a sus colegas de Barcelona. Los dos moteros fueron arrestados en lo que parecía un control rutinario de seguridad en el peaje de Martorell (Barcelona). En realidad, les estaban esperando.

Hace varias semanas, el equipo conjunto de investigación de guardias civiles y mossos decidió, con el visto bueno del titular del Juzgado de Instrucción número 19 de Barcelona y del fiscal, llevar a cabo las detenciones y los registros. Las seis de la mañana fue la hora elegida para entrar al unísono en todos los locales y en algunos domicilios.

Los policías sorprendieron a buena parte de los detenidos en Barcelona en la sede que los Hell Angels Motorcycle Club tienen en la calle de Fluvià. Los agentes de la Brigada Móvil llevaban una radial con la que abrieron la caja fuerte del local, que encontraron vacía. Fuera de Cataluña, se realizaron registros en Madrid, Valencia, Alicante, Málaga, Murcia y Gran Canaria, en los que se encontró munición de guerra, armas blancas y de fuego prohibidas, chalecos antibalas, pasamontañas, un kilo de cocaína, unos 200.000 euros en efectivo, documentación diversa y libros de contenido neonazi.