TNto hace mucho escribí un reportaje sobre freakys de provincias y referí historias de El Nano, El Batería, Pitoño o Leopoldo. Pero en aquella lista, según Iniciativa per Catalunya , faltaba un raro: el ministro José Bono. Aunque yo encuentro una sutil diferencia: nuestros freakys lo son inconscientemente y eso los hace tiernos, mientras que el ministro Bono se ha recreado en la caspa estrafalaria al convertir su toma de posesión en una segunda boda aznariana con invitados como el arzobispo Rouco Varela, el escritor Antonio Gala, el periodista Pedro J. Ramírez, el cantante Raphael o los dos políticos en activo del PSOE más particulares, españolísimos y carismáticos: Francisco Vázquez y Rodríguez Ibarra. Oyendo a Bono hablar en su discurso de la testosterona, escuchándolo jurar, surgían de las sombras los fantasmas de Fray Escoba, de Garbancito de la Mancha, de la Pantoja, Manolete, Perico Chicote, Jiménez Losantos y Millán Astray.

Qué diferencia con la toma de posesión de María Antonia Trujillo. También estaba allí el presidente Ibarra rodeado de lo que siempre debiera rodearle: el rigor, la eficacia, la alegría sin faralaes y la política de izquierdas moderna y consecuente. Yo no sé si Bono monta esos espectáculos para contentar a los militares. Si es así, se equivoca porque los militares de hoy son profesionales versados en idiomas y tecnología, no en testiculina y juramentos. Como siga así de folclórico, le va a quitar la razón a Iniciativa per Catalunya : no será una mica freaky , sino molt freaky .

*Periodista