El hombre que ingresó ayer en prisión acusado de intentar violar a su vecina de 78 años es Emilio Indart, el asesino de la niña Sandra Calvo, a quien acuchilló y arrojó por una ventana tras haber abusado sexualmente de ella en una vivienda del barrio de Alza de San Sebastián, en enero de 1989.

Indart, que fue condenado por ese crimen que conmocionó a Guipúzcoa a 34 años de cárcel y a 15 millones de indemnización en mayo de 1990, había sido excarcelado hace unos meses.

La Audiencia consideró a esta persona, que ahora tiene 42 años, autor de los delitos de rapto, abusos deshonestos y asesinato.

Los jueces consideraron probado que Indart, en la tarde del 13 de enero de 1989, se desplazó a un piso situado en la calle Santa Bárbara de San Sebastián, propiedad de la madre de su novia, y en un rellano de la escalera vio a la pequeña Sandra Calvo.

Después, la llevó al piso y sobre un colchón empezó a tocarla y a abusar de ella penetrándola con los dedos, tras lo cual la amordazó con una servilleta y, con un cuchillo de cocina, le asestó tres puñaladas, que no eran "de por sí mortales de necesidad".