Tres meses después del inicio de la crisis del Prestige sigue sin saberse con exactitud cuánto fuel se ha vertido y cuánto queda en el pecio hundido a 3.600 metros de profundidad. Tampoco se sabe hasta cuándo seguirá arribando a las costas españolas y francesas. El único dato que se conoce es el chapapote recogido en el mar y en las playas. Nada menos que 93.362 toneladas, según los datos facilitados ayer por un portavoz del comisionado del Gobierno. Eso supone unas 16.000 toneladas más que toda la carga que reposaba en las bodegas del buque chatarra.

No es de extrañar que el portavoz del Gobierno vasco apuntara hace unos días que "alguien miente" sobre la cantidad de fuel vertido por el Prestige . Aparentemente las cuentas no salen. Pero los expertos tienen otra explicación.

MEZCLA OLEAGINOSA

En primer lugar, el fuel que se recoge del mar contiene alrededor de un 50% de agua, más otros residuos flotantes que se van pegando a la masa oleaginosa. Pero es que el extraído en tierra, además de estar compuesto por agua en un 50%, lleva también arenas y otros componentes adheridos al arribar a la costa.

Si se comparan los datos con los de la catástrofe del Erika en Francia se puede llegar a la conclusión contraria de que aún falta muchísimo fuel por capturar. Para un vertido que rondó las 20.000 toneladas, los equipos de limpieza franceses contabilizaron una cosecha de 365.000 toneladas, según OSRL.

Hay que tener en cuenta, además, que según un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) publicado ayer, las pérdidas por evaporación y disolución del fuel vertido no llegan al 5%, mientras que tampoco se ha detectado ningún indicio de biodegradación.

Por otra parte, el comité científico que asesora al Gobierno tenía previsto entregar anoche o a primera hora de la mañana de hoy al Ejecutivo su lista de propuestas de solución definitiva para las entre 40.000 y 50.000 toneladas de fuel que reposan en el interior del Prestige . Lo más probable es que los expertos recomienden extraer el fuel a través del bombeo y, si ello no es viable, enterrar el pecio. Los científicos precisarán, sin embargo, que ninguna de las opciones presenta una garantía de éxito dado que no hay precedentes.