Una pequeña fuga provocó ayer que la extinción del incendio en el complejo petroquímico de Repsol YPF en Puertollano (Ciudad Real) no fuera tan rápida como preveía la dirección de la empresa.

A media mañana, los técnicos rociaron con espumógenos (mezcla de agua con un agente químico inerte) los siete tanques de gasolina refinada afectados por el incendio. Sin embargo, una fuga en uno de ellos hizo que el fuego y el humo continuaran durante más tiempo del previsto. Así lo explicó el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Puertollano, Antonio Rodríguez, quien estuvo en permanente contacto con los técnicos de la empresa.

Un día después de la violenta explosión y el posterior incendio ocasionado en la refinería de Repsol, la compañía contrató a un especialista de la firma inglesa Williams que ya trabajó en la extinción de los pozos petrolíferos quemados en la guerra del Golfo, según fuentes sindicales.

SEIS TANQUES SOFOCADOS

Cuando el especialista, cuyo nombre no se dio a conocer, llegó a la planta a las nueve de la mañana, el personal de emergencias estaba esperando a que el combustible disminuyera para poder rociar los tanques con espumógenos, un sistema al que dio su visto bueno. A media mañana, se realizó la operación y se consiguió sofocar el fuego en seis tanques. El último, en el que se produjo la fuga, es el que dio problemas, según explicó el edil de Urbanismo de Puertollano.

A primera hora de la mañana, el personal de emergencias pensaba extinguir el fuego en un par de horas. Sin embargo, a las nueve de la noche estaba vivo.

Todavía no se sabe nada acerca de las causas que provocaron la explosión y el posterior incendio en los tanques de gasolina refinada. Lo único seguro es que la unidad de destilación --donde el crudo se convierte en gasolina-- también resultó afectada, según confirmó el presidente de Repsol, Alfonso Cortina.

Representantes de la empresa se reunirán el lunes con los sindicatos para crear una comisión de investigación. Los resultados pueden tardar semanas. "Hay que entrevistar a los trabajadores e inspeccionar la zona", explicó Jesús Camacho, de CCOO. El sindicalista, sin embargo, descartó un fallo humano.