Los propietarios del edificio Windsor aseguraron ayer que una empleada que fumó en un despacho originó el incendio que destruyó el rascacielos. En un comunicado, remitido a Efe, la empresa Asón Inmobiliaria, propietaria del rascacielos que ardió en Madrid en la madrugada del 13 de febrero del 2005, afirma que en la instrucción judicial del caso "ha quedado acreditado que el edificio Windsor estaba en regla".

La compañía explica que la causa del incendio hay que atribuirla "a la conjunción de dos actuaciones negligentes: la de quien originó el fuego al fumar en un despacho (una empleada de Deloitte) y la de los vigilantes encargados de la seguridad del edificio".

Asón recuerda que el fuego se inició en el despacho 09 de la planta 21 y detalla que, cuando sonó la alarma, sólo había dos personas en el Windsor: una en la planta 9 y otra en la planta 21. La empleada de la planta 21 "admitió que fumó en el despacho esa noche" y, en la grabación de la cámara de seguridad, según los propietarios del inmueble, se le ve abandonar el edificio "dos minutos después de que la alarma de incendios advirtiera de que había fuego en su planta".

A partir de ese momento, "la asombrosa negligencia de los vigilantes de seguridad --prosigue la nota-- hizo el resto". Asón también cuestiona la labor de los bomberos en la extinción del incendio y asegura: "No estaban preparados para apagar un incendio en la planta 21 de un edificio con fachada de cristal, en el que el fuego se propaga más fácilmente", al tener esa fachada menos resistencia que los muros tradicionales. El edificio se construyó en 1973 y tenía una altura de 106 metros.