La plaga de langostas del desierto (Schistocerca gregaria) que desde el pasado sábado invadió varios municipios de Lanzarote está "totalmente controlada", según explicó ayer Pedro Rodríguez Zaragoza, consejero de Agricultura del Gobierno de Canarias, que calificó de "mínimos" los daños que los ortópteros han causado en los cultivos. El cambio de viento y la fumigación han sido determinantes.

Si las previsiones se cumplen, los fuertes vientos del sureste que azotan el archipiélago seguirán remitiendo y una pequeña borrasca se asentará sobre las islas. En ese caso se suspenderá hoy el estado de alerta en Lanzarote, la isla más afectada por la llegada de las langostas, llegadas de Mauritania y El Aiún.

"El intenso trabajo llevado a cabo por los técnicos de Medio Ambiente y los voluntarios a la hora de fumigar los campos y el cese de los vientos procedentes del sureste nos han permitido controlar esta plaga", precisó Rodríguez Zaragoza. El sábado, sólo en Lanzarote, había más de dos millones de langostas.

El mal estado físico en el que las cigarras llegan a las islas redujo su impacto negativo, con pérdidas en los cultivos que rondan el 2% de la producción, según Rodríguez Zaragoza. "Las langostas llegan exhaustas y en su mayoría mueren nada más tocar tierra. Por fortuna, las que han llegado a las islas se encuentran al final de su ciclo vital, y apenas tienen fuerzas para alimentarse. Si hubiesen sido más jóvenes, las consecuencias hubiesen sido catastróficas para nuestros cultivos", explicó. Esta circunstancia ha favorecido que el uso de insecticidas para su eliminación se haya reducido de manera considerable.