Galicia no arde sola: la queman. Es lo que piensa el nuevo consejero de Medio Rural, Alfredo Suárez Canal, que se ha estrenado en el cargo con el agosto más catastrófico de los últimos años. Según sus datos, la mayoría de los fuegos registrados en la comunidad en las últimas semanas "han sido intencionados". Las causas aún no están claras, pero las autoridades sospechan de oscuras tramas de intereses económicos.

Las llamas han devastado ya en Galicia 11.768 hectáreas en los 1.902 fuegos registrados en agosto. Teniendo en cuenta la última semana, el terreno quemado supone una superficie equivalente a toda la ciudad de A Coruña. Pontevedra y Ourense son las provincias más afectadas, aunque los desalojos preventivos y las carreteras cortadas afectan a toda la comunidad.

La situación es tan grave que la Xunta ha duplicado el número de medios antiincendios y, aun así, no son suficientes. "Se apagan muchos incendios o se controlan, pero aparecen otros nuevos en los mismos sitios. Eso sólo tiene una explicación, que es la intencionalidad", afirmó Suárez Canal.

La Xunta tiene claro que el viento, la sequía y el abandono de las zonas rurales han ayudado a propagar las llamas, pero aún está investigando los motivos de los pirómanos. Al margen de descuidos en las quemas agrícolas, barbacoas o basuras, la Administración no descarta que haya intereses económicos de por medio. La recalificación urbanística de terrenos, los intereses de las madereras y los ganaderos son algunas de las hipótesis. Mantener el propio puesto de trabajo puede ser también un móvil para quemar el monte.

RAZONES PEREGRINAS De hecho, este fin de semana la Guardia Civil detuvo al capataz de la brigada antiincendios de Celanova (Ourense) al que acusó de provocar 15 fuegos. Otras razones son aún más peregrinas, como la que le atribuyen a un pontevedrés de 33 años detenido el domingo por ser el presunto autor de un incendio. Según los vecinos, alguien le pagó 100 euros para localizar el marco de piedra que delimitaba la extensión de una finca y quemó el monte para encontrarlo.

En los primeros siete meses del año, la Guardia Civil ha detenido en España a 277 personas --70 en Galicia y 10 en Catalunya-- como presuntos incendiarios. La cifra supera a la del 2004: 217. "Que sepan que actuaremos con toda la fuerza de la ley", sentenció Suárez Canal.

La situación en Galicia es de tal calibre que la comisión interministerial contra los incendios forestales decidió ayer reforzar la presencia de la Guardia Civil en la comunidad con el objetivo de detectar los focos de los incendios y descubrir a los posibles culpables.

Las llamas se han acercado peligrosamente a núcleos de población, una situación que se conoce como alerta 1. A última hora de ayer, 38 incendios continuaban activos, ocho de los cuales estaban catalogados en ese índice de peligrosidad.