Tengo que ir a Galicia en agosto y quería preguntarles: ¿Aún quedará marisco o se lo habrán comido todo los turistas?" Esta es una de las consultas telefónicas que la oficina de información de A Coruña recibió hace unos días. Pues sí, hay marisco. Este es uno de los principales atractivos turísticos de Galicia, y una de las armas (otra es una gran campaña publicitaria oficial) con las que esta comunidad cuenta para superar la crisis de visitas que se preveía tras la tragedia del Prestige.

Aunque aún no hay cifras oficiales, las autoridades son optimistas sobre el número de turistas que visitarán Galicia este verano y creen que en agosto se igualarán las cifras del año pasado. "Nuestros mejores embajadores son los que vinieron en Semana Santa y vieron que no nadábamos en chapapote", asegura el consejero de Turismo de la Xunta, Jesús Pérez Varela.

Además del marisco, el buen tiempo del que está disfrutando la comunidad gallega este verano ayuda a superar los prejuicios turísticos y conduce a los visitantes a comprobar el estado de las playas. Los veraneantes comprenden enseguida la esquizofrénica sensación que se siente en los arenales gallegos. A primera vista, parecen tan esplendorosos como decía el ministro Federico Trillo. Sin embargo, es muy frecuente detectar pequeñas manchas de fuel en las toallas y en las plantas de los pies tras dar un paseo por la orilla. Es lo que los informalmente se denomina el síndrome de los pies negros. Pese a todo, a medida que pasa el tiempo, las manchas son cada vez menos extensión y tienen menos presencia.

PLAYAS CONTAMINADAS

El vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, asegura que sólo quedan en Galicia cuatro playas contaminadas, dos en Muxía, una en Carballo y otra en Finisterre, y que las bolas de fuel que azotaron las últimas semanas las playas cantábricas prácticamente han desaparecido, aunque el viento puede hacer que, esporádicamente, lleguen pequeñas cantidades de residuos a la costa.

Esta mejoría y el esfuerzo que se ha realizado en campañas turísticas invitan al optimismo en casi todas las zonas del litoral gallego, aunque hay algunas excepciones. Uno de los lugares especialmente castigados este año es la Costa de la Muerte, la zona más afectada por los vertidos de fuel del petrolero, que sufre una importante crisis turística. Sus habitantes esperaban que los salvase el denominado turismo solidario e incluso se habían montado algunos pequeños negocios para completar la oferta de ocio poscatástrofe.

"YO NO FUI"

Ni aún así. Algunos lugareños creen que la gente no acude como otros años porque, dicen, "votamos lo que votamos". Otros, como el alcalde del municipio de Finisterre, el popular José Traba, opina que "los turistas llegarán a finales de mes, como siempre". En cualquier caso, en Muxía ya circulan camisetas con la leyenda Eu non fun (Yo no fui). Se refieren a "yo no fui el que votó al Partido Popular". Por si acaso.