El catedrático de musicología Antonio Gallego, fue ayer el primer académico en leer su discurso de ingreso en la Real Academia de las Artes y las Letras de Extremadura en la sede oficial de Trujillo, el Palacio de Lorenzana. Frente a un auditorio repleto, Gallego leyó Canción perdida: la música en la poesía de Enrique Díaz-Canedo . Se encargó de contestarle, y hacer así referencia a sus logros, el académico Miguel del Barco Gallego.

Aún quedan pendientes de leer sus discursos de ingreso el profesor Javier Pizarro y el Arzobispo de Mérida-Badajoz Antonio Montero, para lo cual ya se manejan fechas de principios del próximo año 2004, según el presidente de la Academia José Miguel Santiago Castelo. Por la tarde se reunieron los académicos para escoger al miembro número 23, pero no alcanzaron ningún acuerdo, de manera que aún quedan tres vacantes en la academia.

PRIVILEGIO

Gallego, catedrático de musicología en el Real Conservatorio de Madrid y miembro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, se mostró muy agradecido por lo que entendía como el "reconocimiento de la propia tierra, por haber hecho algo que consideran relevante en esta vida". El nuevo académico señaló además, como un privilegio el hecho de ser el primero en tomar posesión de su asiento en la sede oficial trujillana, ya que había pensado hacerlo, dijo, en el Monasterio de Yuste, "que está al lado de mi casa en Aldeanueva de la Vera", pero consideró mejor esta opción oficial, ya que de esta forma "se consolida aún más nuestra sede".

En su intervención, se refirió al poeta Manuel Pacheco, al que sustituye, como un gran autor "al que conocí y cuya contribución a la poesía ha sido muy importante". Pero la mayor parte del discurso la dedicó al que fuera "primero más poeta y luego más crítico teatral" Enrique Díaz Canedo (Badajoz, 1879--Méjico 1944).

Gallego analizó algunos de los más clarificadores poemas que a su juicio escribió el poeta pacense, a través de los que destacó por encima de todo el "arsenal de imágenes musicales en su poesía", donde dejaba claro su interés por ambas disciplinas y por unirlas a través de la creación poética y literaria.

"Fue un poeta que se inicia con el modernismo para ir encontrando poco a poco voz propia", afirmó para después citar poemas como "Lastimero poeta, tus eternas canciones cantan el triunfo eterno de las constelaciones en el cielo...".

En la contestación, Miguel del Barco se refirió al "rigor científico y la inédita y abundante documentación" aportada por Gallego en sus trabajos, además de su defensa de la música.